Ojos de solitario, muchachito atónito
que
sorprendí mirándonos
en
aquel pinarcillo, junto a la Facultad de Letras,
hace
más de once años,
al
ir a separarme,
todavía
atontado de saliva y de arena,
después
de revolcarnos los dos medio vestidos,
felices
como bestias.
Te
recuerdo, es curioso
con
qué reconcentrada intensidad de símbolo,
va
unido a aquella historia,
mi
primera experiencia de amor correspondido.
A
veces me pregunto qué habrá sido de ti.
Y
si ahora en tus noches junto a un cuerpo
vuelve
la vieja escena
y
todavía espías nuestros besos.
Así
me vuelve a mí desde el pasado,
como
un grito inconexo,
la
imagen de tus ojos. Expresión
de
mi propio deseo.
(Gil de Biedma, Peeping Tom)
(Gil de Biedma, Peeping Tom)
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